La azafata necesitaba pasta y se fue a una casa de empeño a ver si podía vender algo. Se vio a la legua que la chica andaba algo desesperada por conseguir dinero y el dependiente aprovecho su desesperación para tirársela. No le ofreció nada por sus pertenencias, en cambio le ofreció el dinero por dejarse follar por él. La chica aceptó el trato y se pegaron un polvo en los lavabos de la casa de empeño brutal. El chico amortizo el dinero gastado con creces, menuda follada le dio.