Su marido está todo el día trabajando, pasando de ella y follando menos de que a ella le gustaría. Todos sabemos que a una mujer no se la puede tener insatisfecha, a no ser que quieras que te ponga los cuernos. La tía harta de la pasividad de su marido, salió a la calle y al primero tío que pilló, se lo llevó a casa y le echó un polvazo.