Tanto que el otro día me levanté más caliente que de costumbre y al verlo ahí sentado con su uniforme, me puse como una moto. Se me fue la cabeza, lo seduje y me lo follé, la verdad es que fue un polvazo y oye, a él tampoco le importó que yo estuviera casada, él también lo está así que supongo que será nuestro secreto.