Hay veces que las cosas son tan sencillas como estar en el lugar adecuado en el momento preciso. Eso le pasó al vecino de esta chica, fue a picar a su casa para pedirle algo, lo típico de que te falta sal, un limón o vete a saber. La cosa es que llegó justo cuando la vecina se estaba empezando a masturbar, y claro, siempre es mejor una polla de verdad que masturbarse, así que el tío sin comerlo ni beberlo se llevó el premio gordo.