Había quedado con mi mujer pero a ella le había surgido un imprevisto y se había tenido que ir. Le dije a su amiga que la esperara dentro de casa, yo me tenía que ir pero ella podía quedarse a esperarla. Cuando me quise dar cuenta la zorra estaba en mi cama, le sudo el coño que yo estuviera casado con su amiga y yo lo siento pero no me pude resistir a sus encantos, no estuvo bien pero el polvazo fue la puta hostia.