EStaba esperando al bus y la rubia de al lado no paraba de calentarlo, se abría de piernas y no llevaba bragas, lo miraba con cara de vicio... Al final el tío no aguantó más y le metió toda la mano en el coño. No era plan de ponerse a follar ahí, así que se buscaron un sitio un poco más íntimo y se echaron un buen polvazo.