La rubia se levanta por las mañanas, prepara su mochila de gimnasia y le dice a su marido que se va al gimnasio. No es verdad, la realidad es que se va a casa de su amante a empezar el día con una buena follada. El tío es un negro musculado con un pollón gordo entre las piernas que se la folla duro como a ella le gusta. Le mola el sexo duro, pero a ver que cuenta en casa para justificar que se le han roto los leggins haciendo deporte.