Está castigada por haberse portado mal, pero ella no está dispuesta a pasarse todo el rato en el aula de castigo muriéndose de asco. La zorra se pone en primera fila y se abre de piernas para que el profesor le vea todo, sí todo, porque la muy golfa no lleva bragas. El profesor al verle el coñazo, con ese piercing tan morboso, no se puede contener y se la acaba follando.