No hay nada que me guste más en este mundo que acostarme con viejos a cambio de dinero, me pone tanto la situación que soy incapaz de negarme a nada. Cada vez que me cruzo con algún abuelo en la calle y veo que me mira le propongo follar. Es todo un lujo, ya que incluso consigo llegar a fin de mes sin tener que trabajar en una oficina o tienda y lo gozo como una cerda.