Estaba desesperada, necesitaba dinero y por eso fue a la casa de empeños a vender algo. Lo malo fue que al dependiente no le interesaba nada de lo que llevaba, pero ella no podía salir de allí sin dinero. La desesperación y lo zorra que es la chica la llevó a hacerle al chico una proposición, dejarse follar a cambio del dinero... No hace falta decir que le acabó metiendo un buen polvazo.