Presley Hart ha aceptado un nuevo trabajo como chacha. La muy guarra se ha plantado su traje más sexy para empalmársela al forrado de su jefe y conseguir así que se la folle y que le suba el sueldo. Manuel Ferrara no ha podido resistirse a sus encantos y ha terminado cediendo, la ha puesto mirando para Cuenca mientras la muy golfa no dejaba de gemir.