Se tumbó en mi cama como si nada, estuvimos hablando un buen rato y la verdad es que no podía mirarla porque se me iban los ojos a su pedazo de raja, creo que ella se debió de dar cuenta porque se subía el pantalón sin mucho disimulo, vamos, que se había dado cuenta de que la estaba mirando el coño y ella empeñada en marcarlo más y más.