La cubana Havana Bleu sabía que su hijastro estaba cachondo perdido, había notado como el chico se impresionaba con ella y se pasó el rato jugando con él. Le calentó sutilmente y cuando el chico subió a su habitación, ella sabía perfectamente que era para cascarse una paja, así que la golfa le siguió a ver si lo pillaba y conseguía algo más de él.