Cuando le dije a la taxista que no tenía dinero para pagarle la carrera me miró con cara de cerda. Me dijo que o me la follaba o llamaba a la policía, así que la subí a casa y le metí la polla en la boca. La muy cabrona la disfrutó como nunca antes había visto disfrutar a una mujer con mi rabo, no veas la falta que le hacía!